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Descripción
- Ruta a pie: 19,6 km
- Duración aproximada: 5 h 30 min
- Dificultad: baja
Amandi - Miyares
A partir de este punto y durante un trecho se comparte camino con el Pr AS 137 «Molinos del Profundu». Se abandona la carretera cogiendo el camino de la izquierda que se introduce en una zona arbolada, pasando junto a la muralla de entrada de la Finca la Vega, pronto nos encontramos una zona embarrada que podemos sortear pasando por la pumarada de la izquierda.
Pronto llegamos a unas casas en La Vega donde se coge un camino asfaltado que discurre durante un corto trecho pegado al río (ignoramos la pista hormigonada de la izquierda) desde donde se puede ver en lo alto a la derecha la iglesia de Santa María de Lugás (en el año 745 el Papa Zacarías hizo donación del templo al rey asturiano Alfonso I El Católico). Poco después pasamos junto a la Casa rural de Villaverde de Fuentes, llegamos a un cruce donde el Pr As 137 se desvía a la derecha, debiendo seguir de frente para cruzar sobre el arroyo de Fondovil y caminar bajo una lujuriante cobertura arbórea de castaños, algún que otro roble y un bonito bosque de ribera.
Pronto el camino empieza a ascender encontrando una pintada en la carretera que nos dice «A Covadonga» justo en una curva donde sale a la izquierda un camino de tierra.
Se continúa por la pista de tierra a través de un paisaje totalmente rural, poco después el camino finaliza en una casa que encima junto a una explotación de invernaderos, que no vemos.
Un poco antes en una curva sale un camino a la izquierda y el camino se vuelve intransitable para los vehículos ascendiendo a través de una pequeña mancha boscosa.
A la salida de la misma vamos a dar a una pista asfaltada junto a una casa con una palmera y con una barandilla de hormigón.
Aquí seguimos de frente hacia la casa blanca que vemos al fondo.
Continuar por la carretera hacia la derecha.
En Coro podemos visitar la ermita románica de Los Mártires de Coro, San Cosme y San Damián, llamados cariñosamente «Los Martirinos». A 1 km de Coro a la entrada de Solares iglesia de Santo Tomás de Coro (s. XIII) románico rural.
Se abandona la carretera general para coger el desvío de la izquierda, poco después el firme de asfalto da paso a la tierra continuando por la pista ignorando los dos cruces que nos salen a la izquierda.
El camino da una curva a la derecha en ligera ascensión a cuyo final sale a la izquierda un sendero y enfrente vemos una casa nos desviamos por el estrecho sendero que sale a una zona de prados, y que tenemos a la derecha una casería.
Seguimos por el ancho camino hasta encontrar la carretera que seguimos hacia la izquierda hasta llegar a Breceña.
Una vez en Breceña la ruta continúa por la carretera general.
Al pasar junto al pueblo vemos a la izquierda de la carretera unos grandes toneles con tejadillo y puertas.
Continuamos durante un trecho hasta encontrar el desvío al pueblo de Buslaz.
Se coge la pista de la derecha que se dirige hacia Buslaz.
Al llegar a Buslaz se da un giro de 180º a la izquierda, justo a la entrada del pueblo debiendo dirigirnos a la capilla de San Juan donde se coge un camino que la deja a la derecha.
Este camino es intransitable para vehículos teniendo gran cantidad de vegetación, que algunas veces dificulta el tránsito.
Ascendemos ligeramente en busca de la zona alta del cordal, desde donde tenemos una bonita vista de todo el alrededor.
Pronto pasamos junto al pico Tandión punto más alto de este recorrido.
Poco después nos recibe una edificación con una enorme pintada de Sietes.
Sietes es un pueblo que se hizo famoso porque Microsoft presentó su programa Windows Siete, aunque merece la pena visitar el conjunto de hórreos que tiene en el barrio del Campon, así como la iglesia de San Emeterio una de las joyas artísticas del siglo XVI asturiano.
"Iglesia de San Emeterio de Sietes, hijuela de San Martín de Vallés, a 10 kilómetros de Villaviciosa caminando al E. Fue construida en el año 1555 y ofrece un hermoso modelo de arquitectura del renacimiento, poco generalizada en los monumentos de la Provincia.
Es de una nave alta y espaciosa apoyada por robustos estribos y con elegante campanario.
Su portada en el lienzo de la epístola tiene siete escalones de ingreso; sobre alto basamento la flanquea una columna estriada con sus capiteles, adornando cabezas de Ángeles el friso de la cornisa; el frontó que descuella entre dos remates delegantes tiene esculpido, de bajo relieve, el Nacimiento del Hijo de Dios colocado en el pesebre, y á los lados la Virgen y San José; viéndose en el fondo los dos animales característicos.
Encima resalta la figura del Padre Eterno, de busto, con el mundo en la mano, circundado de cabezas de Ángeles; y más elevado aun, debajo de la cornisa, la Cruz simbólica de la redención.
Es también notable por su talla y formas elegantes el retablo del altar mayor, que parece coetáneo á la erección de la Iglesia, cuyo cuadro principal representa la escena del Calvario después del Descendimiento; el Salvador, en el regazo de su Santísima Madre, á la cual acompañan San Juan y la Magdalena, á los lados el bueno y el mal Ladrón atados de pies y manos á la Cruz, y en el fondo Nicodemus y otro personaje con sábanas en las manos.
En el cuadro más elevado aparece la crucifixión del Señor, y por los costados corren otros recuadros de dimensiones menores, representando asuntos bíblicos". Antaño era una villa pujante con Casino, siendo el primer pueblo del concejo de Villaviciosa que tuvo corriente y luz eléctrica en todas las casas.
Pasamos junto a la Iglesia de San Emeterio donde nos desviamos en la calle hacia la derecha para llegar poco después a la carretera general que atravesamos pasando junto al casino para dirigimos hacia Perviyao para volver poco después a la carretera general y continuamos por ella contemplando a la izquierda praderías y bosques de las parroquias de Libardón, Colunga y Cabranes.
Se continúa hasta Anayo (32,460 km) donde podemos tomar un refrigerio en el bar del pueblo que esta junto a la carretera.
Anayo es el pueblo más alto de toda la travesía, desde donde se contemplan unas bellas panorámicas del valle del Piloña, los Picos y el Sueve... La iglesia de Santa María de Anayo data del s. XI pero la traza actual es de los siglos XVII y XVIII.
Se continúa por la carretera hasta llegar a la carretera de Colunga a Infiesto.
Se coge la carretera hacia la izquierda en dirección a Colunga.
Se abandona la carretera para coger el camino que sale a la derecha, este se introduce en una zona boscosa dando pronto un giro a la izquierda transformándose el camino en un sendero lleno de malea que asoma por encima de las ruinas del Caserío de la Retuerta, hoy abandonado.
Una vez pasado llegamos a una pista que debemos seguir hacia la izquierda iniciando un fuerte descenso a través de un firme de hormigón algunas veces.
Al llegar al pequeño oratorio se gira a la derecha pronto salimos a un claro desde donde tenemos una espléndida vista de los montes por donde discurre el Camino que desde Oviedo se dirige a Covadonga.
Se desciende hacia el barrio de la Cuesta de Borines donde se abandona la carretera que llevamos.
Se abandona la carretera para introducirnos en el barrio de la Cuesta de Borines en dirección al río Viyao.
Al llegar a la carretera se l gira a la izquierda encontrando a los pocos metros la carretera de Borines Colunga.
Al llegar a esta se continúa por ella hacia la derecha hacia Vallobal en cuya iglesia parroquial conserva la devoción a San Lázaro, patrono de los leprosos pues entre los siglos XII-XVII había una comunidad de leprosos/malatos, que eran atendidos en un hospital de ésta localidad.
"Este pequeño lugar debe su importancia a la Malatería u Hospital de leprosos de San Lázaro que durante cinco siglos acogió a los enfermos de esta peste a los que la sociedad de otras épocas rechazaba y recluía en estos edificios.
La iglesia parroquial de San Lázaro de Vallobal es, entre las que pertenecieron a leproserías una de las pocas que conservan la advocación a dicho santo, pues en la mayoría de los casos dicha advocación ha sido transferida a la Magdalena.
En 1850 Madoz se refiere a ella como Santa María de Balloval.
Hay copiosa documentación de esta malatería, desde «mandas testamentarias» (en el XVI, Pedro de Antayo testa a su favor dos fanegas de escanda y trigo, una vaca y una cántara de vino.
En 1599 Juan de Cutre dona entre Lloraza y Vallobal diez hanegas de pan y dos tocinos) hasta unas «constituciones» que para su mejor gobierno dictó Felipe V en 1740.
En los ciento catorce años que va desde 1661 hasta 1775 ingresaron en el referido hospital unos sesenta enfermos.
El número de enfermos era escaso, en La Paranza solía haber de seis a doce, en Cabruñana un promedio de tres; en Vallobal, cinco, en Villafria, siete.
El ingreso se hacia mediante certificado médico y también en virtud de despacho del ordinario eclesiástico.
Era excepcional que en esta malatería tuviesen los enfermos que salir a mendigar; esto solo ocurría cuando los malatos eran tantos que las rentas no alcanzaban para su manutención, en cuyo caso, como tampoco era suficiente "la casa que tienen destinada para su habitación, se recogen en las casas de los vecinos, quienes les socorren con lo que tienen, castañas, nueces y otras cosas, leña y avellanas, solo para que no perezcan"; con lo que la caridad quedaba muy por encima de la higiene.
La malatería estuvo regida y administrada por la familia de La Villa Estrada hasta el año 1739 cuando la Real Audiencia designa para tal cargo al párroco de Ques.
En el CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA-1756 leemos: malatería para recoger cuatro pobres malatos naturales del país, su administrador es D.
Sebastián Posada y Castello, cura de la parroquia de Santa Eulalia de Ques, que debe de dar anualmente 5 fanegas de pan de escanda en grano a cada malato, 5 al cura de San Lázaro, 5 al recaudador de rentas y 8 para si mismo; si hay sobrante se aplica al culto y decencia de la citada iglesia de San Lázaro de Vallobal.
En 1843 se sacan a subasta sus bienes.
El último enfermo de esta malatería no fue dado de alta hasta 1776 y como en 1267 ya había aquí leprosos «Leprosis de Vallobal I modium de segundo», San Lázaro de Vallobal acredita más de quinientos años de actividad."
En Vallobal está la cueva del Sidrón, un interesante yacimiento con restos del hombre de Neanderthal que actualmente sirven de base a un proyecto de descubrimiento de su genoma.
Una vez cruzado Vallobal se continúa por la carretera hasta llegar al pueblo de Miyares.
Al llegar a Miyares abandonamos la carretera cogiendo una que sale a la izquierda y que pasa junto a la iglesia de Santa María de la O.
A la entrada a la derecha se encuentra el Palacio de los Villa (s. XVI-XVIII) con la Torre de Miyares (s. XIV) en este pueblo se localizan Casas de Indianos del s. XIX y principios del XX.
Pasado el templo de Nuestra Señora de la O. (s. XIX) CASA DE ELÍAS TORRE - MIYARES (PILOÑA) Situada en un pequeño alto a la salida de Miyares dirección Borines, se construyó en 1925 para Elías Torre Noriega.
Para salvar el desnivel entre la carreta y la casa hay varios tramos de escaleras que llegan a un amplio porche cubierto en el que destacan unos arcos de medio punto.
Cogemos la estrecha carretera que se dirige hacia el pueblo de La Estrada, una vez en él atravesamos la carretera hacia la derecha siguiendo por el primer desvío a la izquierda que esta casi enfrente nuestro dejando una casa azul a la derecha.
Seguimos por la estrecha pista en busca del pueblo de La Goleta dejando a la izquierda y un poco por encima el Palacio de Cutre del siglo XVI y hoy transformado en hotel.
Textos: Antonio Alba Moratillas
Dirección
Dirección postal: 33311 Aldea de Valbúcar. Villaviciosa.
Dirección digital: 8CMP8WW7+WH
Información complementaria
Geografía en Villaviciosa
Situación: Costa oriental de Asturias.
Límites: Al norte, mar Cantábrico; al sur, concejos de Sariego, Nava, Cabranes y Piloña; al este, concejo de Colunga, y al oeste, concejo de Gijón.
Población: 14.465 habitantes (censo de 1996).
Extensión: 276,23 kilómetros cuadrados.
Capital: Villaviciosa.
Parroquias: 41
Amandi, Ambás (San Pedru Ambás), Argüero (Argüeru), Arnín (Pivierda), Arroes, Bedriñana, Breceña, El Busto (El Bustiu), Camoca, Candanal, Carda, Careñes, Castiello (Castiellu), Cazanes, Celada, Coro (Coru), Fuentes (H.uentes), Grases, La Llera, Lugás (Llugás), La Magdalena (La Malena), Mar (Samartín del Mar), Miravalles, Niévares (Ñévares), Oles, Peón (Pión), Priesca, Puelles, Quintes, Quintueles, Rales, Rozadas (Rozaes), San Justo (San Xustu Sariéu Muertu), Santa Eugenia (Los Pandos), Selorio (Seloriu), Tazones, Tornón, Valdebárzana, Vallés, Villaverde la Marina (Villaverde) y Villaviciosa.
Partido judicial: Gijón.
Villaviciosa, antigua tierra de Maliayo, forma un cuadrilongo relativamente irregular, que se sitúa entre el mar Cantábrico —28 kilómetros— y los concejos de Sariego, Nava, Cabranes y Piloña, al sur; tiene a Gijón en su costado poniente, y por el este a Colunga. Ocupa 276,23 kilómetros cuadrados.
De Colunga le separa el monte Cualmayor (máxima altura 322 m) y de Gijón el río La Ñora. La costa forma una gran rasa hendida por el estuario de la ría, a cuya diestra se nombra rasa de Seloriu y a la siniestra como Les Mariñes. Salvo las amplias extensiones de rasa, «todo lo demás está alterado de colinas, valles, alturas, hondonadas, collados y arrimados, que van dirigidos casi en líneas paralelas desde las extremidades hasta el centro», según Caveda Solares. El cordal de Peón, la Cobertoria y Cubera son montes importantes que cruzan transversalmente el territorio. El cerco es montañoso y de él descienden varios ríos de corto y escaso caudal. Desembocan directamente al mar: el río España o de Peón y el de La Ñora o Buenagua o del Romeru, que separa a Quintueles de Cabueñes y Somió. Los otros vierten a la ría, como el Carrión y el Sota que, unidos, forman el río Sebrayu o Ñebla. En el privilegiado lugar de San Juan de Amandi confluyen el río Espadañal, el Viacaba, el río de Grases y el de Sotu; ese caudal, llamado río de Amandi desde allí hasta La Barquerina, tiene continuidad en la ría de Villaviciosa cerca de Güetes.
La villa, cuya parte baja está a 6,3 metros sobre el nivel del mar (Alicante), «es una ciudad de ría» en opinión de J. J. Pedrayes, monocéntrica, situada al fondo del estuario. Su accidente geográfico más característico, la ría, condiciona por completo la posición de la villa respecto del concejo e incluso su configuración inicial. La ría de Villaviciosa (o de Linares) recorre desde Güetes (Buetes original) siete kilómetros, formando un cauce de 10 kilómetros cuadrados de trazado irregular, para llegar al mar entre El Puntal y Rodiles. En su cuenca, de unos 160 kilómetros cuadrados, se hallan las parroquias de Carda, Tornón y Selorio (Seloriu), y por la izquierda Bedriñana y Samartín del Mar. De ambas márgenes recibe numerosos aportes de arroyos y riachuelos, así como desagües industriales y urbanos que han constituido un serio de problema de contaminación con sus secuelas.
En un profundo estudio sobre Flora y vegetación de la ría de Villaviciosa (Oviedo, 1997), A. Bueno Sánchez y F. Fernández Prieto reseñan los aspectos geológicos del estuario de Villaviciosa y la cuenca que drena a través de él como «enteramente incluidos en la Cuenca de Gijón-Villaviciosa, una de las tres unidades principales en las que se divide la Cuenca Mesozoico-Terciaria de Asturias. Esta unidad estructural y estratigráfica fue una antigua cuenca de sedimentación durante los periodos Triásico, Jurásico y Cretácico inferior».
El interés paisajístico de la ría se ve superado por su importancia en el orden botánico (como único enclave astur y de los pocos cantábricos para determinadas especies de plantas superiores de medios dunares o marismeños) y en el ornitológico, por ser zona de descanso y alimentación de especies protegidas: limícolas, anátidas, garzas, cormoranes, gaviotas, más su propia ornitofauna invernal. Son numerosos los trabajos técnicos (tesis, monografías, ponencias, comunicaciones) que en los últimos lustros se han producido sobre «este espacio privilegiado que es la ría de Villaviciosa», según dicen A. Bueno y F. Prieto. Para no pecar de omisión en el largo elenco, sólo señalaremos como vehículo de divulgación la revista Cubera, órgano de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa —que por su labor mereció el premio Pueblo Ejemplar de Asturias 1991—, en la que se han expresado la mayoría de los estudiosos. El cuidado de la ría ocupa cada vez más la conciencia de los maliayeses y la Administración ha puesto en marcha diversas medidas para detener su degradación, iniciando una recuperación notable: declaración como Refugio Nacional de Caza (1987), Plan Especial de Protección Paisajística y Saneamiento de la ría de Villaviciosa (1992), Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Asturias (Porna, 1994) que la incluye en la Red de Espacios Protegidos, creación de la Reserva Natural Parcial de la ría de Villaviciosa (abril de 1995). El Centro de Interpretación de la Reserva Natural Parcial de la ría de Villaviciosa, creado en 1995, cumple una labor didáctica con más de mil visitas mensuales, un 75% de escolares.
La población, según el padrón de 1996, se cifra en 14.465 (15.093 en 1991) habitantes, un tercio de los cuales vive en la capital. A lo largo del siglo se observa una tendencia decreciente desde los 20.995 en el año 1900, aun cuando alcanzara la cota de los 22.000 en 1910, 1930 y 1940. La densidad de los habitantes por kilómetro cuadrado es de 52,37, inferior a la media asturiana. El crecimiento vegetativo es de - —7,24 (1991) y se sitúa en el puesto 42 entre los 78 municipios asturianos. En 1994 los grupos más numerosos eran: mujeres de 70-74 años de edad (41,49 por mil) y hombres de 60-64 años (39,25 por mil), del total de 7.450 mujeres y 7.132 hombres.
Tradicionalmente existió una emigración americana, que llegó a crear lazos importantes en Cuba, México y Argentina. La aportación de retorno de estos americanos se materializó, como en otros lugares de Asturias, en la financiación de obras sociales, preferentemente escuelas, de las que se crearon en Villaviciosa no menos de quince; en 1922 se instituyó, en reciprocidad, el Día de los Americanos. La emigración económica hacia países europeos en la década de los sesenta se dirigió hacia Bélgica, Suiza y Alemania. En general se ha producido una emigración desde el campo a la villa y más aun a las próximas zonas industriales.
El término municipal tiene, además de la villa, 41 parroquias de tamaño y recursos desiguales.
Rasgos económicos
La villa es de dominancia terciaria —como constata el profesor E. Murcia— y el conjunto de la población activa del concejo se emplea en el sector primario (46,75%), casi exclusivamente en la agricultura (45,75%); el resto en la industria (19,71%) y los servicios (33,54%). El sector industrial ocupa el 10,14% en el alimentario, el 7,07% en edificación y obras públicas y el 1,08% en madera y muebles. Por lo que respeta al terciario, el comercio ocupa al 9,09%, la enseñanza y la sanidad al 5,18% y el 3,82% el transporte y comunicaciones.
La mayor parte del suelo maliayo es de uso forestal (52,38%), si bien un 12,99% es matorral al que hay que añadir el erial a pasto (15,24%); los pastos ocupan el 37,18% con una tendencia al abandono, por ausencia de actividad pecuaria, y la pradera natural ocupa el 36,43%. El total de las producciones agrícolas es de 4.038 hectáreas asistidas por un parque de 1.870 unidades de maquinaria agrícola, en el que destacan los motocultores. Según el censo ganadero de 1992, el total de vacuno era de 17.471 cabezas, con claro predominio de la raza frisona (12.771), más una mínima presencia de equino (240), de porcino (218), y aun menor de ovino y caprino. La producción de leche de vaca alcanza un volumen de más de 34 millones de litros, con destino principal a las centrales lecheras.
La industria predominante es la alimentaria. Hace un siglo, el 24 de noviembre de 1897, un diario local manifestaba su optimismo a la vista de las iniciativas empresariales. Estaban apareciendo: fábrica de sidra Valle, Ballina y Fernández (1890), fábrica de chocolates de Ballina y Fernández, conservas de frutas de Félix Vigil (1896), serrería mecánica de Sacramento Cangas (1897), Azucarera (1897), fábrica de luz eléctrica (1898), prospecciones mineras (1898-99). Más adelante: fábrica de sidra La Tierrina (1900), Mantequera de Amandi (1914), fábrica de quesos Grases (1903). Por lo que se refiere a la sidra, obligado es destacar el papel preponderante que tienen en este rubro de la economía de Villaviciosa. De su historia y evolución es curioso referente este apunte de Caveda Solares:
«Las pumaradas... ocupan ya en el día buena porción de terreno, y dentro de poco ocuparán más, según la prisa con que todos a porfía se dan a plantar... Es constante que el uso de la sidra es ya antiguo en el país, y hay escrituras del siglo XI que lo convencen bastantemente; pero, no se sabe que hubiese cosechas aún regulares porque por aquellos tiempos, y en otros muy posteriores, había buenas cosechas de vino, como lo demuestra no sólo los nombres de muchas heredades y los residuos de aquellos plantíos en muchas vides silvestres, que a cada paso se encuentran en los arrimados, sino también los monumentos de aquellas edades. En los siglos XVI y XVII había ya en Villaviciosa plantíos de manzana, y aun se recogía cosecha bastante para los consumidores; pero a principios y aun a mediados del XVIII se fue aumentando poco a poco el cultivo y crecieron las cosechas. Los consumidores, entonces, eran todavía en corto número; había pocas tabernas y éstas lo más del tiempo se veían desiertas. El labrador, el artesano y el hombre honrado y las mujeres tenían su frecuencia por escandalosa y, por consiguiente, eran muy notados los bebedores. Ya se deja ver que entonces serían bien cortas las cosechas, cuando entre tan pocos consumidores se gastaba, y nada se extraía. Pero, desde mediados del siglo XVIII hasta el presente [1805/1818] ha sido grande el furor y la manía de plantar. En nuestros días hay ocasiones en que están abiertas seis u ocho tabernas; jamás faltan una o dos y apenas hay parroquias en que no se encuentre alguna. Si se exceptúan los caballeros y las personas de alguna conducta, nadie se avergüenza de entrar en la taberna... Sin embargo, de todo este consumo se extrae para Galicia, para Vizcaya, para la América, y aun para el interior del reino grandes remesas de este licor en pipas, pipotes y botellas, que habiendo buen cuidado de beneficiarlo y manejarlo, llega a su destino con todo su espíritu y se vende con mucha estimación».
No menos de veinte fábricas y lagares de sidra atienden a una demanda de consumo creciente y desarrollan una actividad que ha sido estudiada por su trascendental repercusión en el concejo y la propia villa —según J. F. Ballina Ballina, 1984-85.
Proliferan los establecimientos de hostelería (50 en la villa y 115 en los pueblos) y crece el hospedaje —cada vez de mayor calidad— al compás de la promoción turística. Seis mil líneas telefónicas conforman la red de comunicación por todo el concejo, cuyo mayor déficit se registra en infraestructuras viarias; la próxima autovía del Cantábrico pondrá fin al aislamiento de Villaviciosa, donde tampoco abundan las líneas de autobuses y se sirve de un parque automovilístico de más de cinco mil turismos. La sanidad está atendida por una importante plantilla médica (32) y auxiliar (22), un Centro de Salud y cuatro farmacias. La enseñanza posee una red pública: Infantil, Primaria, Secundaria, atendida por un colegio comarcal Maliayo y diversos Colegios Rurales Agrupados; Programas de Garantía Social, bachilleratos (Tecnología, HH. y CC. Sociales, CC. de la naturaleza y Salud), COU y ciclos de grado medio (Gestión Administrativa, Equipos e Instalaciones electrónicas) y superior (Administración y finanzas e Instalaciones electrónicas) impartidos por el Instituto de Educación Secundaria. Más dos centros privados de la Iglesia.
Etelvino González López*
(*) El autor de este artículo es Etelvino González López, nacido en la aldea maliaya de Valbúcar (parroquia de Amandi, año 1937).
Licenciado en Teología por la Universidad de Santo Tomás de Roma-Salamanca, y en Filosofía por la Universidad Central de Barcelona, es doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Tesis: «Genealogía de los Doctrinos de San Ildefonso en el Madrid del Siglo de Oro.
Autor de Un Magistral para La Regenta (1985), una aproximación al mundo de la novela epónima de Vetusta/Oviedo, desde ciertos personajes reales de la época.
Ediciones La Oliva publicó Documentos y Utopía (1993), introducción a la edición facsimilar de «Villaviciosa y su Progreso», que constituye un análisis socio-histórico de la sociedad villaviciosina de los años veinte. Y con motivo del III centenario de la fundación del monasterio de les clarises de Villaviciosa, le editó El arbolón de Santa Clara» (1995), un libro que, en palabras de Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla, «ayudará a conocer el espíritu de santa Clara y las hermanas clarisas, a través de la historia y de la vida de este convento asturiano de la Inmaculada Concepción de Villaviciosa».
En publicaciones de Villaviciosa ha escrito numerosos artículos de asunto local y temática varia, principalmente en la revista cultural CUBERA.
En 1987 la Academia de La Llingua Asturiana editó su versión asturiana con introducción y notas del Evanxeliu de San Xuan. Ha colaborado en la traducción del Nuevo Testamento al asturiano (con Evanxeliu, Apocalipsis y Cartes de Xuan) de Sociedades Bíblicas Unidas.
En 1993 fue galardonado con el premio Ortega y Gasset de Ensayo y Humanidades (Villa de Madrid, 1992), por su obra De pícaros a doctrinos
Mapa de situación del municipio de Villaviciosa

Concejos limítrofes:
- Cabranes
- Colunga
- Gijón
- Piloña
- Sariego
Comarca de la Sidra
El nombre no engaña: verde manzana, verde sidra, verde botella. En esta tierra se come bien y se bebe mejor, pero en el corazón de la manzana también hay sitio para una historia con millones de años: la de los dinosaurios se cuenta en el Museo del Jurásico, referente turístico de un territorio donde se elabora cultiva y elabora uno de los emblemas de Asturias.
Situada en pleno corazón de Asturias y asomada al Cantábrico, la comarca engloba seis concejos: Villaviciosa, Nava, Bimenes, Colunga, Sariego y Cabranes. Villaviciosa es el de mayor extensión, con más de 276 kilómetros cuadrados y una población superior a los 14.000 habitantes.
La manzana y la sidra son protagonistas en estas poblaciones, que cuentan con la mejor producción en Asturias y con numerosos llagares para degustarla. Villaviciosa y Nava son las capitales sidreras por definición. Junto a la bebida más típica, la oferta turística se completa con un impresionante patrimonio, tanto artístico, capitaneado por el Monasterio de Valdediós, como natural, con bellas playas y espacios protegidos.
Qué ver
- La Casa de Les radios y La ruta de los Molinos en Bimenes.
- El Museo de la Escuela Rural y el pueblo de Torazu en Cabranes.
- El Puerto pesquero de Lastres y el Museo del Jurásico en Colunga.
- El Museo de la Sidra y la sierra de Peñamayor en Nava.
- La ruta de senderismo de Las Cercanías del Cielo y la Iglesia románica de Santa María de Narzana en Sariego.
- El Puerto pesquero de Tazones y el conjunto monumental prerrománico y románico de Valdediós en Villaviciosa.
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